sábado, 14 de febrero de 2009

Willliam Shakespeare

A tu yerro sensual le doy mi ayuda;
de opositor me vuelvo tu abogado
y comienzo a pleitear contra mí mismo.
Tanto el amor y el odio en mí combaten
que no puedo dejar de ser el cómplice
del ladrón tierno que cruel me roba.

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